Seguro que muchos recordarán las famosas pizarras con tres pies que casi todos teníamos en casa (y si no, la tenía algún amigo) en la que jugábamos a ser profesores y aleccionabamos a todos los que nos quisieran escuchar. Pues estas pizarras han encontrado una nueva dimensión con los vinilos adhesivos.
Esta idea todavía puede solucionar un problema más: la afición de los niños a pintar en las paredes como si de un gran lienzo se tratase (todos lo hemos hecho aunque ahora nos avergoncemos). Con estos vinilos pueden expresarse con dibujos, mensajes o imaginar que son profesores explicando delante del encerado, y al mismo tiempo se conseguirá una original decoración para el cuarto infantil, incluso para otros espacios de la casa donde ellos puedan divertirse.