Los españoles invierten al año alrededor de 1.212 millones de euros en juguetes, según indica el estudio “El gasto en juguetes 2016”, elaborado por la Escuela de Negocios y Protocolo, Constanza Business & Protocol School.
En el informe destacan algunos datos como el gasto medio de cada español en juguetes o el gasto en este tipo de productos por menor de edad. Así, cada español gasta cada año 26,12 euros en juguetes mientras que el gasto en juguetes por menor de edad es de 143,91 euros, es decir, los menores de edad reciben juguetes por valor de 143,91 euros cada año.
Utilizar como estadístico la media no siempre es adecuado, porque en ocasiones no refleja de manera veraz la realidad. Si una familia con padre, madre y dos hijos invierte 208 euros en juguetes, y otra familia con el mismo número de miembros no invierte nada, la media del gasto en juguetes por cada español es de 26 euros, pero la realidad es que solo reciben juguetes los hijos de la primera familia.
En cualquier caso, ya en los datos de 2016 se observaba una leve mejoría en el gasto en juguetes a nivel general, debido en parte al ajuste en el precio de estos productos por parte de fabricantes y distribuidores en 2013 y 2014 y por la mejora en las perspectivas económicas en 2015, que se han ido manteniendo durante los años posteriores.
¿Cómo acertar en la elección de los juguetes?
Dejando a un lado la cuestión económica, otro aspecto interesante con los juguetes es su idoneidad para los pequeños. No todos los juguetes son adecuados para niños de cualquier edad y es importante acertar en la elección de los mismos.
Los juguetes ayudan a potenciar el desarrollo de los menores y a desarrollar sus capacidades intelectuales, psicomotrices y las relaciones sociales. Cuando llega el periodo navideño, que es la época de mayor consumo y cuando más juguetes se compran, niños y adultos son bombardeados por una cantidad ingente de opciones de juguetes con sonidos o luces que estimulan los sentidos, así como productos digitales o aplicaciones diseñadas para los más pequeños.
Por norma general, juguetes y juegos incluyen unas recomendaciones del fabricante relacionadas con la edad adecuada, de modo que, si el juguete tiene piezas pequeñas, no es aconsejable para los bebés y niños menores de tres años, por riesgo de ingesta y posible asfixia.
Del mismo modo, si el juguete es de carácter didáctico o educativo, será apropiado para niños de determinada franja de edad. En esta lista de juguetes para bebé del portal Madre Millennial encontramos una recomendación a modo de ranking para escoger juguetes clasificados por edades.
El portal ofrece información completa sobre opciones para regalar a los pequeños atendiendo a su edad y los estímulos que pueden crear estos objetos en los bebés más pequeños, con menos de dos años.
La franja de edad que va desde los cero a los tres años es en la que se produce la denominada estimulación temprana, una técnica de cuidados donde se fomenta el desarrollo psicomotor del bebé y su desarrollo cognitivo. Los juguetes son un elemento fundamental en la estimulación o atención temprana.
Las recomendaciones básicas para comprar juguetes
Son muchas las instituciones y organizaciones que, de manera frecuente, lanzan decálogos, tutoriales o recomendaciones encaminadas hacia adquirir juguetes adecuados para los pequeños. En este artículo de Healthy Children explican algunos de los consejos de la AAP a tener en cuenta para comprar juguetes para niños.
La AAP es la AmericanAcademy of Pediatrics (Academia Americana de Pediatría). Esta organización cuenta con una guía derivada de su artículo en inglés “Cómo elegir juguetes apropiados para los niños pequeños en la era digital”.
En esa guía, los profesionales aconsejan en primer lugar volver a los juguetes tradicionales. Para los niños en la actualidad, que son nativos digitales, aprender y descubrir el mundo a través de juegos y piezas alejadas del mundo digital es toda una experiencia, que puede, de algún modo, fortalecer el vínculo familiar con sus padres y personas de otras generaciones.
Una segunda recomendación es mantener una actitud de escepticismo o incredulidad frente a los juguetes que dicen ser educativos. Ocurre a menudo con los juegos para dispositivos electrónicos y las aplicaciones. Se promocionan como educativas cuando lo único que hacen en potenciar la memoria, cumpliendo así solo una parte de la preparación para la escuela.
Los juguetes educativos, los ideados para aprender, han de desarrollar no solo la memoria, también el control de los impulsos y las emociones así como la capacidad de pensamiento creativo. Algunos expertos advierten que los juguetes digitales, véanse las tabletas, pueden más bien retrasar el desarrollo de los bebés y los niños pequeños, pues no incluyen expresiones de la vida real, vocalización y gestos.
El tercer condicionante a valorar es el de los estereotipos raciales y de género, es decir, el de la desigualdad. Los niños necesitan tener la oportunidad de explorar diferentes roles de género y estilos de juego, para ir construyendo su personalidad poco a poco. En casa es aconsejable disponer de una variedad de juguetes amplia, para que los pequeños elijan.
Por último, desde la AAP advierten también que es importante restringir el tiempo que pasan los niños frente a pantallas. El tiempo total de pantalla, incluyendo la televisión y los dispositivos móviles, debe ser aproximadamente una hora al día para niños mayores de dos años, y debe evitarse en bebés más pequeños.