lunes, noviembre 25, 2024

Jugar en familia

Dispongamos de un momento para jugar El juego como actividad que refuerza las relaciones familiares.

Papá, papá… ¿hoy no jugamos?
Uno de los requisitos fundamentales para una sólida relación familiar es la comunicación. Por otro lado, es una de las carencias más importantes que sufre la sociedad actual. Una buena comunicación estrecha los lazos familiares y por consiguiente sociales, ya que cada familia es una de las células que componen la sociedad.

familia

La teoría es fácil: La capacidad de comunicación es vital para cualquier tipo de actividad humana. Pero ¿cuál es el método?, ¿cómo comunicarnos? No hay recetas para una buena comunicación, ya que cada persona es única y cada familia es exclusiva . Por el contrario, existen ingredientes que bien condimentados pueden dar lugar a una buena comunicación. El juego es una excelente materia prima, siempre y cuando esté bien aderezado y sea sincero, espontáneo, auténtico y respetuoso.
La acción de jugar favorece y facilita la comunicación. Mediante ella, transmitimos, exteriorizamos lo que somos, lo que pensamos, en lo que creemos… El juego entre padres e hijos, entre abuelos y nietos, entre diferentes generaciones; en definitiva, el juego familiar, puede ser una de las herramientas más favorables, para que los miembros de una misma familia mantengan una buena relación afectiva.

El juego ayuda a fortalecer la complicidad entre los miembros de la familia, abre vías de comunicación, permite exteriorizar las expresiones de afecto, deja aflorar las emociones de una forma natural y espontánea. Jugar en familia ayuda a construir una relación familiar sólida y duradera. Jugar en familia supone la necesidad de organizarse, y adquirir conciencia de aprender a construir juntos un clima de respeto y cooperación.   A medida que los hijos crecen, adquieren sus propias ideas, gustos, preferencias y formas de entender la vida, que no tienen por que coincidir con las de sus padres. Aún así, deben convivir. La comunicación es la pieza fundamental para que se dé una buena convivencia.

Combinar el diálogo, la autoridad, el razonamiento y el afecto son elementos fundamentales para que se dé una buena comunicación.

Comunicación no significa únicamente hablar, en ocasiones no es necesaria la palabra, igual que en el acto de jugar. Las miradas, los gestos, las señales, las acciones son comprendidas y recibidas perfectamente por los demás.
Comunicarse es comprender perfectamente lo que los otros quieren decir, así como hacer comprender a los demás lo que queremos decir. Comunicar significa entenderse, ser cómplice, conocer en profundidad a cada uno de los miembros que componen la unidad familiar. Y esta comunicación no es una labor exclusiva de los padres, sino también de los hijos.

Tanto los padres como los hijos sienten, sufren, se alegran y en una óptima comunicación florecen las emociones, tanto de los unos como de los otros.

Cuando la familia comparte tiempos de juego, tanto padres como hijos, establecen un intercambio comunicativo en el que el niño y el adulto se muestran en actitud:

• Lúdica ( Separada de las obligaciones y las tensiones)
• Creativa (Explorando nuevas conductas y abierta a nuevas experiencias)
• Plástica (Adaptable, sincera, espontánea y natural)
• Transformadora de la realidad (Abierta a encontrar y considerar nuevos significados ante situaciones y actitudes)
• Liberada (Buscando la evasión, la relajación y el relax)
• Divertida y de disfrute (Permitiendo desarrollar la capacidad de disfrute ante la vida)
• Libre y voluntaria.

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