Cada día que pasa, son más habituales los juguetes electrónicos capaces de conectarse a la red, juguetes con funcionalidades que resultan muy atractivas para los más pequeños de la casa, pero también para los padres que los ven como la mejor alternativa para que sus hijos se diviertan mientras juegan. Muñecas, peluches, tables u ordenadores son algunos ejemplos de este tipo de juguetes, aunque la lista es mucho más grande. Lo que no siempre paramos a pensar, que al igual que ocurre con otros dispositivos que se conectan a Internet, estos juguetes conectados también corren ciertos riesgos que deberíamos conocer para actuar de la mejor forma posible y evitar todo tipo de problemas.
Que estos dispositivos estén destinados a los más pequeños, nos debe servir para estar más alerta ya que los menores no son conscientes del riesgo al que pueden estar sometidos, empezando por su privacidad. En palabras de Harold Li, vicepresidente de ExpressVPN: “La mayor parte de los consumidores no son conscientes de los riesgos a la seguridad de sus datos en su comportamiento diario en este mundo conectado, todo el mundo debería tomar acciones para proteger su privacidad y su seguridad.”
Elementos de riesgo en los juguetes conectados
Hay algunos elementos que suelen tener estos juguetes conectados que pueden suponer un riesgo para los menores. Por ejemplo es el caso de las cámaras y o los micrófonos integrados. Estos elementos pueden recoger imágenes y sonidos del pequeño, aun cuando no esté jugando con él. Para evitar esto, lo mejor es desactivar el juguete cuando no se utilice.
También se puede dar el caso de que el juguete pueda enviar la información recogida a la nube del fabricante. Si esto ocurre, es muy importante proteger esa información de forma adecuada para evitar que pueda acceder personas no autorizadas. De la misma manera, es importante que en la política de privacidad de la compañía, aparezca reflejado el uso y tratamiento que se le dará a esos datos.
En el caso de que los juguetes cuenten con sus propias conexiones, ya sean WiFi, NFC o de cualquier otra índole, estas deberían estar protegidas, por ejemplo, cambiando la clave que pudiera tener por defecto.
Medidas a adoptar tras la compra de un juguete conectado
Antes de realizar la compra de cualquier tipo de juguete capaz de conectarse a la red, sería necesario plantearnos algunas cuestiones que pueden prevenirnos de problemas a la larga. Por ejemplo qué tipo de datos es capaz de transmitir, opciones que tenemos de modificar su configuración o que datos recoge el juguete y que pueden ser comprometidos. Conseguir dar respuesta a estas y otras cuestiones, nos puede ayudar a decidir si ese juguete es lo que buscamos para nuestro hijo.
En el caso de que al final compremos un juguete conectado, podríamos llevar a cabo ciertas medidas que nos pueden ayudar a mejorar la seguridad de los pequeños. Veamos algunas de las más importantes.
- Siempre que sea posible, utilizar sistemas de control parental o similares que permitan a los padres controlar el uso del juguete por parte de los niños.
- Cambiar las contraseñas que vienen por defecto de fábrica.
- Aplicar todas las actualizaciones del sistema que el fabricante vaya lanzando. Esta es la mejor forma de asegurarse que se solucionan todos los problemas de seguridad que se van detectando.
- Siempre que no se utilice, el juguete debería estar apagado.
Como bien sabemos, los juguetes conectados cada vez están más presentes, pero si los queremos aprovechar al máximo y disfrutarlos sin problema, es necesario que los padres dediquen un tiempo en su elección y configuración. No hay que olvidar que es la privacidad de nuestros hijos la que está en riesgo.